La Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), acordados por todos los estados miembros de las Naciones Unidas en 2015, constituyen un marco para el seguimiento de los progresos realizados en la consecución de los objetivos de desarrollo específicos, así como de pautas de desarrollo más holísticas e integradas. Sin embargo, el énfasis de la Agenda 2030 en los objetivos y metas nacionales deja abierta la cuestión de cómo se implementarán los SDGs a nivel local y se basarán en las realidades locales. En este contexto, los responsables políticos prestan cada vez más atención a la economía social y solidaria (ESS) como medio para regenerar y desarrollar las zonas locales. Si bien existe un creciente cuerpo de investigación y conocimiento sobre la ESS, y en particular sobre las experiencias locales relacionadas con organizaciones específicas o iniciativas de base, ha habido pocos intentos de analizar sistemáticamente la contribución de la ESS a los SDGs, y las cuentas siguen siendo dispersas y anecdóticas. Una investigación que carece de metodologías e indicadores sólidos para medir el impacto de la ESS en el desarrollo sostenible también puede ser propensa a idealizar el papel de la ESS en el logro de los objetivos de desarrollo sostenible. Se necesita un análisis crítico de los desafíos y oportunidades de la ESS, y el desarrollo de metodologías e indicadores adecuados para medir la contribución de la ESS al logro de los ODS, a fin de informar la formulación de políticas y la promoción del desarrollo inclusivo y sostenible, ahora más que nunca.
Los días 25 y 26 de junio de 2019, el Grupo de Trabajo Interinstitucional de las Naciones Unidas sobre Economía Social y Solidaria (UNTFSSE) convocó una conferencia en Ginebra sobre la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: ¿Qué papel para la economía social y solidaria? Los principales objetivos de la conferencia eran los siguientes: